
Después de pasar unos años en prisión (1953-1955) por un asunto de drogas, grabó tres discos, "Daddy Plays The Horn", "Stanley The Steamer" y "Dexter Plays Hot and Cool", al que siguió un periodo de olvido para volver en 1960 cuando escribe la música para la obra de teatro, posteriormente pasada al cine, "The Connection" y graba el disco "The Resurgence of Dexter Gordon". Seguidamente firmó un contrato con Blue Note que daría siete excelentes discos, entre los que destacan "Doin' Allright", "Dexter Calling" (ambos de 1961), "Go" y "A Swingin' Affair" (ambos de 1962) y sobre todo, "Our Man In Paris" en 1963.
Dificultades laborales le impidieron el poder desarrollar todo su talento expresivo. Fue providencial la invitación a actuar al Ronnie Scott's de Londres, que significó el inicio de un largo exilio europeo. A partir de 1962 se instala en Dinamarca, donde es tratado con respeto y afecto, grabando muchos discos para el sello SteepleChase con músicos que viven o están de paso por Copenhague, como Kenny Drew, Horace Parlan o el pianista español, Tete Montoliu. Al mismo tiempo se presenta en muchos festivales europeos (Malmoe, Molde, San Remo, Berlín, Lugano) y también en pequeños clubes, dejando su magistral huella en París a través de dos discos históricos de Blue Note, el ya citado, "Our Man in París" (1963, con Bud Powell) y "One Flight Up". Sin embargo siguió yendo a Nueva York por cortos periodos de tiempo; en 1976, por ejemplo fue contratado por el Village Vanguard, en un regreso que significó el renacimiento del Bebop en los Estados Unidos. A partir de entonces, su vida se dividió entre Estados Unidos y Europa.
Su estelar participación en una de las obras cumbres del jazz y el cine como fue la película dirigida por el cineasta francés, Bertrand Tavernier en 1986 y titulada "Round Midnight" fue el punto y final glorioso a una vida llena de música y sensibilidad. Murió en Philadelphia (Pensilvania), el 25 de abril de 1990.
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