domingo, 31 de octubre de 2010

ENTREVISTA A ANDRÉS BOIARSKY



Nació en Buenos Aires, Argentina el 9 de Octubre de 1957.Comenzó lecciones de piano a la edad de seis. Más tarde, pasa al clarinete mientras que se envuelve en el fuerte panorama de Jazz revivalista que existía en Buenos Aires a mediados de la década de los setenta. A raíz de su evolución estilística dentro de la música de Jazz, Andrés comienza a tocar el saxo tenor y más adelante el soprano.

En 1978 viajó a Londres, Inglaterra para estudiar en el renombrado Royal College of Music. Durante su estadía en Londres, forma su propio grupo grabando su primer disco como solista para Spotlight Records así como también varios programas de radio para la BBC. Tras completar sus estudios en Inglaterra en 1981, Boiarsky vuelve a su patria donde permanece hasta 1987. Durante ese periodo graba dos discos bajo su nombre para el sello CBS así como también se presenta en varias capitales Sudamericanas. También durante este periodo de su vida, Andrés explora la música folclórica Argentina y Rioplatense buscando fusionarlas con sus raíces jazzisticas.

En 1988 se muda a Nueva York con el apoyo de Paquito D'Rivera y Carlos Franzetti. A los pocos meses de su llegada, Boiarsky se une a la orquesta del vibrafonista Lionel Hampton pasando luego a ser director musical de la misma hasta 1993. A su partida de la orquesta de Hampton, Andrés es convocado a para formar parte de la "segunda edición" de la United Nation Orchestra bajo la dirección de D'Rivera.

Desde su llegada a Nueva York, Andrés participo de muchas grabaciones entre las cuales se encuentran las que realizo con el trombonista Slide Hampton, Claudio Roditi, The Dizzy Gillespie Alumni All-Stars, The United Nation Orchestra, Lionel Hampton, Nancy Wilson, Paquito D'Rivera, Al Di Meola, entre otros.

En 1996 grabo su primer disco como solista para un sello norteamericano. El CD "Into the Light" fue publicado y esta a la venta a través del sello Reservoir Records.

Sus múltiples actuaciones como solista lo han llevado hasta Alaska y Rusia en donde se presento en varias oportunidades incluyendo su participación en el "White Nights Jazz Festival llevado a cabo en la ciudad de San Petersburgo.

Como educador, ha dado clínicas en numerosos centros de estudio como las universidades de Idaho y George Mason en Virginia dentro de los Estados Unidos. Actualmente también es docente del Rockland Conservatory of Music de Nueva York.

Todo puede ser jazzeado? Sí, responde el saxofonista argentino Andrés Boiarsky radicado hace 18 años en Nueva York. Y asegura demostrarlo en su flamante disco compartido con la pianista japonesa Tomoko Ohno, Shadows of Spring, que incluye tangos de Astor Piazzolla y varias composiciones de Tomoko, que a su vez están inspiradas en la música tradicional japonesa.
"Porque el jazz —define inspiradísimo, logrando casi un slogan— más que un tipo de música es una forma de hacer música."
Hace 18 años que Andrés Boiarsky decidió vivir en la meca del jazz. Y no le fue nada mal. A los nueves meses de llegar a Manhattan, en 1988, se unió a la orquesta de Lionel Hampton, la cual dirigió hasta 1993. También fue miembro de la United Nation Orchestra creada por Dizzy Gillespie y dirigida por Hampton. Y participó en grabaciones con Slide Hampton, Al Di Meola, Lionel Hampton, y actualmente forma parte de la The Dizzy Gillespie Alumni All- Stars.
A los 6 años tomaba lecciones de piano en su Vicente López natal. A los 14 dos visitas extranjeras a Buenos Aires le cambiaron la vida. Primero fue Duke Ellington a quien sus padres llevaron a ver al teatro. Y después, el gran Dizzy Gillespi, a quien debió contentarse con ver por la pantalla de Canal 11. "Lo vi y no lo podía creer, me volvió loco y a la vez no entendí nada de lo que tocaba".
Eso lo decidió a remontarse a las fuentes del jazz. ¿Cómo? Escuchando discos y discos y más discos... "En esa época era difícil encontrarlos y los discos importados eran carísimos" Iba a la disquería del creador del ciclo Jazzología, Carlos Inzillo, la única de jazz.
Del piano pasó, entonces, al clarinete por puro afán de resaltar. "El piano tiene un rol más limitado en el jazz —explica—, y yo veía que los otros hacían más ruido". De allí pasó a los saxos. A los 21 años —1978—, se fue a estudiar en el Royal College of Music, de Londres. Y de allí pasó a Nueva York "Siempre lamenté no haber ido directamente allá".
Boiarsky describe al ambiente jazzero de Nueva York como altamente competitivo. "A nosotros como extranjeros no nos es del todo fácil", explica. Aunque reconoce que, en cierta forma, no ser un blanco-americano tiene beneficios. "Porque el jazz es un asunto de negros y ellos nos ven a Tomoko, japonesa, a mí latino, como sufrientes también de no pertenecer al mainstream".
En cada visita a la Argentina constata la evolución jazzera local. "El nivel de la Argentina es infinitamente superior al que había cuando yo estaba acá —afirma—. Ahora hay una nueva camada de músicos muy buena, pero lamentablemente, en algunos, también noto cierto divismo y arrogancia".
Asegura que esa actitud resulta imposible en Nueva York: "Si sos arrogante no podés tocar, porque no solo tenés que rendir como músico sino como persona. Importa cómo te vestís, cómo te manejás". Y especula una teoría: "En el caso de los músicos mayores, como pasaron
por drogas y alcohol y dejaron todo eso de lado, quizás eso los hace ser más estrictos. Por ejemplo James Moody es capaz de parar de tocar si hay alguien fumando en la sala".

Entrevista realizada por Laura Gentile para Diario Clarin, 07/05/2005

sábado, 30 de octubre de 2010

BUENOS MUCHACHOS 41


Presentando al saxo alto Fernando Sevilla. Sábado 30 de octubre de 2010, 12:33 h.

ENTREVISTA A UN ALUMNO

Con Uds. Pablo González (Saxo tenor y clarinete 29 años).
1- ¿Qué te motivó a estudiar el instrumento elegido?
No recuerdo bien la edad, creo que tenía 6 o 7 años cuando escuché y vi por primera vez un saxofón. Fue en un acto de la escuela primaria, estaba la banda de la policía. En ese momento supe que quería tocar el saxo tenor. Me enamoró su sonido y presencia.
Ahora también estoy estudiando clarinete, motivado por vos. Es un instrumento hermoso y sobre todo muy técnico. Esto fue principalmente lo que me impulsó.
2- ¿Cuáles eran las expectativas que tenías antes de empezar?
Una sola, tocar Jazz como se debe, con un conocimiento musical completo.
3- ¿Crees haber cumplido con alguna de ellas?
Estoy estudiando mucho e invirtiendo tiempo para lograr mi único objetivo. Es un camino largo pero da muchas satisfacciones.
4- ¿Modificó el estudio de la música algo en tu vida?
Siempre estuve relacionado con la música, tocando otros instrumentos. Pero nunca tomé tan seriamente el estudiar música para ejecutar un instrumento. Me cambió en el sentido de la responsabilidad, en el cumplimiento de objetivos para un crecimiento personal.
5- ¿Qué opinión te merece la disciplina y la constancia en lo que a alcanzar tus metas se refiere?
En mi opinión estas dos actitudes son fundamentales en todos los aspectos de la vida. En lo que a la música se refiere, sin ellas es casi imposible avanzar, crecer, superarse y pretender ser el mejor.
6- ¿Podes comentarme qué sentiste cuándo lograste tocar sin errores tu primera melodía o ejercicio técnico?
Cansancio (Risas). No, hablando en serio creo que fue alegría, no sabría describir exactamente que sentí. Entendí que teniendo ganas y un buen profesor, nada es imposible
7- ¿El estudio del instrumento ha ampliado tu percepción musical en cuanto a gustos? ¿Por qué?
Seguro, no escucho la música como lo hacía antes. Con un oído en desarrollo, además de escuchar, se entiende, se analiza, realmente se empieza a oír.
Más bien diría que mis gustos se han afinado. Ahora escucho solamente Jazz, porque es la música que quiero interpretar. Creo que el Jazz es el sumum del lenguaje musical, la máxima expresión de libertad, y gracias a la guía que me estás proporcionando, estoy entendiendo cómo va la cosa. Cómo se arma esto de ser músico.
8- ¿Has tenido la ocasión de tocar con otros músicos? ¿Cuáles fueron las sensaciones que experimentaste?
En este momento estoy formando parte del Rodolfo Tornello Ensamble, un proyecto muy interesante armado con compañeros estudiantes del instituto.
Las primeras sensaciones son de desconcierto, timidez, no sé, lo normal para toda primera vez; porque no es lo mismo estudiar solo, con metrónomo; que tratar de tocar todos a la vez y encima seguir la melodía. Pero vamos bien.
9- ¿Hasta el momento qué es lo más difícil a qué te has tenido que enfrentar, musicalmente hablando?
Lo más difícil hasta ahora ha sido entender armonía, pero por una cuestión de resistencia al estudio de teoría. En cuanto al instrumento no he tenido grandes dificultades.
10- ¿Qué le dirías a alguien que tiene intenciones de comenzar a transitar este camino?
Que se decida y lo haga de una vez. Que se lo tome en serio y le ponga todas las pilas. Es difícil pero lo vale.

miércoles, 27 de octubre de 2010

JACKIE MC LEAN


John Lenwood McLean, Jr. conocido como Jackie McLean nació en Nueva York el 17 de mayo de 1932. Fue un saxofonista alto, compositor y maestro de jazz.
Su padre, John Sr., que murió en 1939, tocaba la guitarra en la orquesta de Tiny Bradshaw; tras su muerte, su madre le compra su primer saxofón y lo inscribe en los cursos de la New York School of Music y, más tarde, en 1944, su padrastro, propietario de una tienda de discos, le descubre a Charlie Parker y al resto de los boppers. McLean tenía por vecinos a Kenny Drew, Andy Kirk y Sonny Rollins. También vivía cerca un hermano de Bud Powell, a través del cual recibe clases del pianista.
Después, tocará con él en el Birdland (1949) y, recomendado por Powell, trabaja dos temporadas con Miles Davis (1951-1952), grabando con él. Tocará también con Thelonious Monk y sustituirá a Charlie Parker en algunos conciertos, lo que le generará, durante mucho tiempo, una cierta reputación de imitador de Parker. Después, tocará con Charles Mingus (1955-1956).
Su primer álbum como líder, lo publicará Prestige, con Donald Byrd, Doug Watkins, Elmo Hope y otros. Después, tocará en los Jazz Messengers de Art Blakey (1956-1957). Problemas sindicales, le impiden tocar en directo desde ese año, hasta 1961, aunque desarrollará una actuva carrera como músico de sesión para Prestige. También durante esa época, graba con sonny Clark para Blue Note (1958) y con otros grupos, entre ellos Art Taylor y Bill Hardman, Tony Williams, Roy Haynes, Bobby Hutcherson, etc. Tras una estancia en París, regresa a Estados Unidos y graba
nuevos discos como líder (1963). Recuperadas sus licencias sindicales para tocar, forma su propio grupo, que incluye a Larry Willis y Billy Higgins, con quienes gira hasta 1966. El grupo se deshace al ser condenado McLean por uso de estupefacientes.
Tras salir de la cárcel, McLean tocará con Herbie Hancock, Woody Shaw, Kenny Dorham, Hank Mobley y Ornette Coleman, entre otros músicos. En esta época (1967), McLean se convierte al Islam y abandona totalmente las drogas, dejando temporalmente la escena jazzística, para estudiar flauta y dar cursos de reeducación para toxicómanos. Este retiro durará hasta 1973, cuando publica varios discos simultáneamente, algunos de ellos con Gary Bartz y Dexter Gordon. Después, fundaría el Colectivo de Artistas, asociación para enseñanza de música en la comunidad negra. En los últimos años 1970, McLean grabará para RCA y se acercará al jazz rock y al funk, tocando con Hiram Bullock, Will Lee, Steve Jordan y otros.
En los años 1980 regresará al bop, tocando con Hank Jones, Ron Carter, Tete Montoliu, Woody Shaw, McCoy Tyner... Después, se dedicaría a la enseñanza en Hartford, tanto en la universidad como en su propio Colectivo de Artistas. Sus últimas bandas estuvieron formadas por alumnos de ambos centros. Murió en Hartford, 31 de marzo de 2006.

GIGI GRYCE


George General Grice, Jr. conocido como Gigi Gryce nació en Pensacola el 28 de noviembre de 1925. Fue saxofonista, clarinetista, flautista, arreglador, compositor y docente. Egresa en 1951 del Conservatorio de Boston (donde ha estudiado teoría y composición con Alan Hovhaness y Daniel Pinkhalm y ha tomado lecciones con Margaret Chaloff, madre de Serge Chaloff, saxofonista barítono) y ese mismo año es convocado por Stan Getz como arreglador de su cuarteto, al que aporta temas como Mosquito Knees, Wild Wood e Yvette. Entretanto, compone tres sinfonías, un ballet (The Dance of the Green Witches), un poema sinfónico (Gashiya-The Overwhelming Event), además de varios cuartetos para cuerdas, sonatas y música de cámara. En 1952 obtiene una beca Fulbright y marcha a París, donde estudia con Arthur Honnegger y Nadia Boulanger. Debe abandonar los estudios debido a una enfermedad y, en 1953, se instala en Nueva York. Comienza a colaborar como arreglista con Howard McGee (Shabozz), Max Roach (Glow Worm) y Art Blakey (Blakey) y se une a la orquesta de Tadd Dameron a tiempo para participar en A Study in Dameronia.

Meses después es contratado por Lionel Hampton, que está a punto de emprender su legendaria gira por Europa. En la orquesta se encuentra con varios colegas que en adelante marcarían su vida musical, en especial Benny Golson, el citado Art Farmer y Clifford Brown. Justamente éste, con quien ya había coincidido en la orquesta de Dameron, lo convoca antes de la gira para grabar Memorial Album, al que aporta Hymn of the Orient, que quedará excluido de la configuración final a pesar de ser uno de los grandes temas de Gryce y contener una de las mejores intervenciones de Brownie en todo el álbum.

Ya en París, y contraviniendo las órdenes de Hampton, que conduce a sus músicos con mano de hierro y no quiere distracciones, Brown y Gryce deciden dar rienda suelta a su individualismo aceptando la invitación del pianista Henri Renaud para grabar (el 29 de septiembre y el 8 de octubre de 1953) en el sello Vogue con su trío, del que forma parte el exiliado guitarrista Jimmy Gourley y al que se suma el contrabajista Pierre Michelot. Gryce aporta cuatro composiciones, Salute to the Bandbox, Strictly Romantic, una preciosa balada donde demuestra su extraordinario instinto para la melodía, y dos de sus temas mayores, Blue Concept y, sobre todo, Minority, donde nos ofrece el que quizá sea el primer gran solo de su carrera, vívido y con inusual mordiente.

De regreso en Manhattan, y tras contraer matrimonio con Eleanor Sears, se instala cerca de donde vive Art Farmer, con quien inicia una productiva y a veces tormentosa relación. Gryce ya se ha hecho un nombre como uno de los más importantes arreglistas y compositores de su tiempo, al menos en el área de Nueva York (que casi nunca abandonaría dada su fobia a viajar, especialmente tras la muerte de Brown, uno de sus mejores amigos). Sin renunciar del todo a la herencia del bebop, pretende dotar al hard bop de orquestaciones imaginativas en las que ritmo y melodía estén íntimamente relacionadas, dotar de "sustancia", en sus propias palabras, el lenguaje musical, expandirlo sin perder de vista al oyente. Entre mayo de 1954 y octubre de 1955 entra con Farmer en los estudios de Van Gelder para grabar lo que serían When Farmer Met Gryce y The Art Farmer Quintet Featuring Gigi Gryce, ambos para Prestige. Las ocho composiciones del primero pertenecen a Gryce, y entre ellas destacan una dinámica versión de Blue Concept, así como Stupendous-Lee, la distendida Social Call, la elaboradísima Capri y The Infant's Song, una balada en la que el alto de Gigi suena particularmente cool y meditativo. El segundo de los discos mencionados presenta cinco composiciones de Gryce, incluida la paradigmática Nica's Tempo, y el resultado general es puro hard bop.

Ese mismo año, y tras intervenir como arreglista en Afro Cuban, de Kenny Dorham, graba para Savoy su primer disco como líder absoluto y titulado, justamente, Nica's Tempo. Lo acompañan, entre otros, Farmer, Thelonious Monk, Horace Silver, Oscar Pettiford, Art Blakey y una orquesta en la que cabe señalar la tuba de Bill Barber y las trompas de Gunther Schuller y Julius Watkins, lo que da una idea de las inquietudes orquestales de Gryce y el impacto que produjeron en él los conceptos estéticos impulsados, seis años antes, por Miles Davis. Asimismo, pone de manifiesto su admiración hacia Monk, a quien acompaña en Shuffle Boil, Brakes Sake y Gallop's Gallop y cuyo espíritu captura con una naturalidad asombrosa en unos solos nerviosos, casi impacientes, en los que destaca su característico vibrato. No será la única vez que Gryce colabore con Monk. En 1957 lo hará en Thelonious Monk with John Coltrane, así como en Monk's Music, con una intervención destacable en Epistrophy, donde demuestra que, sin ser un saxofonista excepcional, ha sabido asimilar la impronta de Parker y gestar un sonido amplio que produce en quien lo oye una inquietante expectación.

Es el comienzo de un brevísimo y milagroso período para Gryce: colabora con Benny Golson en uno de los mejores discos de éste, New York Scene, que incluye sendas versiones de B.G.'S Holiday y Capri (un año más tarde se encargaría de los arreglos de Golson and the Philadelphians); interviene en el excepcional Lee Morgan Vol. 3, donde nos obsequia con un incisivo solo en Hasaan's Dream; se encarga de los arreglos de Jazz Contrasts, de Kenny Dorham y participa en The Greatest Trumpet of Them All, de Gillespie, al que aporta cuatro temas y unos arreglos exquisitos, en especial en una inolvidable versión de Sea Breeze; integra el decteto de Teddy Charles, uno de los más experimentales de su tiempo; participa como arreglista en Modern Art, de Art Farmer, y como integrante de la orquesta de Oscar Pettiford, con notables arreglos en Two French Fries, Smoke Signal y la enésima versión de Nica's Tempo, convertido ya en un standard en toda regla; graba para MGM un nuevo disco como líder (recientemente reeditado por Fresh Sound) en el que se atreve con el barítono, el tenor, el clarinete y la flauta y está acompañado por Hank Jones, Milt Hinton y Osie Johnson…

No obstante lo anterior, el mayor logro de Gryce en este período seguramente es la creación, con un jovencísimo Donald Byrd, del Jazz Lab, por el que pasarán, entre otros, Hank Jones, Wendell Marshall, Art Taylor y Paul Chambers. Con él Gryce aspira a llevar a la práctica una poética basada en el rigor y la honestidad, a transmutar la experiencia musical, y todo lo que en ella hay de búsqueda, en puro sentimiento jazzístico. En convertir la modernidad en una nueva espiritualidad que, siguiendo el ejemplo de Parker, deberá gestarse y desarrollarse dentro mismo de los músicos. A semejante credo no debió de ser ajena la evolución ética de Gryce.

Perfeccionista, sobrio hasta la austeridad (jamás bebió, fumó o tomó drogas), enemigo acérrimo de la autopromoción y cualquier forma de comercialización del arte, implacable con quienes ignoran la tradición, hacia mediados de los cincuenta se convierte al Islam, cambia su nombre legal por el de Basheer Qusim y crea, en sociedad con Benny Golson, su propia editorial musical, Melotone, mediante la que aspira a defender los derechos de autor de los músicos negros. En este punto, su vida entra en un cono de sombra. Hay quien habla de presiones psicológicas debidas a las coerciones a que lo someten las grandes compañías discográficas, que se niegan a perder el mínimo control sobre sus artistas. Hay quien habla de conductas paranoides, de negarse a atender el teléfono, de negar toda información sobre la marcha de la editorial a su propio socio, Golson. Paradójicamente, hacia el final ya de su carrera, inseguro e inestable como se sentía, todavía nos legaría cuatro discos a su nombre, tres para Prestige con su quinteto, The Rat Race Blues, Sayin' Something y Hap'nin's (que a la postre sería el último), y Reminiscin', para Mercury, con su "orch-tette". En los cuatro participa el algo árido Richard Williams y se trata, en todos los casos, de discos excelentes.

Puestos a elegir, no obstante, nos quedamos con el primero y el último, en un caso porque Gryce pone de manifiesto (como ya hiciera en el segundo de los discos citados) su profunda admiración hacia el blues como fuente inagotable de experiencia y experimentación, pero sobre todo porque se trata de una obra que gana en profundidad con cada escucha y contiene inmortales versiones de Strange Feelin' y Blues in Bloom. En el segundo caso, porque, por un lado, es un ejemplo de preocupación de Gryce por actualizar el lenguaje jazzístico y sus elementos constitutivos, en particular el swing, y, por otro, porque contiene momentos paradigmáticamente bellos, como una versión de Dear Beloved en la que nuestro hombre se muestra dinámico y hasta alegre como pocas veces, quizá porque se trata de su única colaboración con uno de sus grandes amigos, Eddie Costa, que moriría un año más tarde.

Sin embargo, la frescura que Gryce muestra en Reminiscin' tiene poco que ver con su vida personal. Decidido a luchar por sacar adelante Melotone, concentra todas sus fuerzas en ésta y se retira de la escena musical. No aguantará mucho. Su matrimonio va de mal en peor, la lucha contra las majors se revela demasiado titánica para quien cuenta con la única arma de sus convicciones y es demasiado susceptible para hacer transacciones con la realidad. Mientras Quincy Jones empieza a ganar dinero a espuertas con Ray Charles y la bossa nova, Gryce liquida los derechos de autor a sus compositores, visita Africa, se divorcia, vuelve a casarse y se consagra a la enseñanza en escuelas de Long Island y Nueva York. Dedicará a ello los últimos veinte años de su vida, hasta su muerte el 14 de marzo de 1983, en su Pensacola natal.

miércoles, 20 de octubre de 2010

BUENOS MUCHACHOS 40


Presentando al saxo alto Eduardo Nogal. Lunes 18 de octubre de 2010, 19:53 h.

miércoles, 13 de octubre de 2010

BUENOS MUCHACHOS 39


Presentando a la saxo tenor Malena Goñi. Jueves 30 de septiembre de 2010, 19:28 h.