viernes, 30 de septiembre de 2011
jueves, 15 de septiembre de 2011
domingo, 4 de septiembre de 2011
Wayne Shorter: "Para hacer jazz, hay que romper las reglas"
De vez en cuando, las leyendas llegan en avión. Cuando Wayne Shorter se baje en Ezeiza junto a los integrantes de su cuarteto para presentarse el jueves en el Gran Rex, traerá en su equipaje, aunque no precise pasarlos por la aduana, cincuenta años de jazz y del mejor pop, que lo tuvieron como partícipe necesario. Entre muchas presencias memorables, fue el saxo tenor y soprano del quinteto de Miles Davis (en lo que probablemente sea su mejor época), fue cofundador junto al tecladista Joe Zawinul del grupo más potente que haya dado el jazz rock, Weather Report, el único que, casi en contradicción con su nombre, ha logrado superar las inclemencias del tiempo. Además ha sido invitado a tocar con Joni Mitchell -quien ha contado que asistió al momento en que Davis le pasaba la herencia-, Steely Dan y Milton Nascimento, entre otros.
Este notable saxofonista nació en Newark, una ciudad cercana a Nueva York, hace casi 80 años. Su rostro, casi sin arrugas, parece desmentir tajantemente esa edad. Lo mismo ocurre con su música, que no detiene su búsqueda y frente a la cual su entusiasmo parece realmente infatigable.
En su anterior presentación en Buenos Aires, una de las actitudes más llamativas del grupo era verlos sorprendidos con lo que escuchaban cada uno del otro. No estaban fingiendo y atendían con una sonrisa lo que les llegaba de los demás. Siendo todos sus integrantes músicos solistas, no ensayan, tocan lo que les trae la inspiración del momento. “El escenario es el lugar donde sale el trabajo interior de cada uno de nosotros”, afirma Shorter, para quien la falta de trabajo previo resulta el secreto del sonido del conjunto.
No se trata de preservar la espontaneidad, ni de una apuesta a la inspiración del momento. Hay casi una filosofía en esto, a la que Shorter vuelve una y otra vez, vía telefónica, desde su departamento en Nueva York. Explica: “Es lógico, no podría suceder de otro modo. Como no ensayamos, todo lo que ocurre es nuevo incluso para nosotros. Se disfruta más de esta manera, sin que hayamos pasado horas hasta alcanzar lo que otros llamarían perfecto, La música que surge en el escenario está más acorde a los tiempos que corren: nadie sabe qué va a suceder el próximo minuto. Tenemos que encontrar nuevas maneras de enfrentarnos a lo desconocido, a que suceda lo inesperado, algo de lo que no se tiene experiencia previa. Hay que enfrentar con coraje y nobleza la experiencia de la eternidad, todo es frágil, todo es temporario, en la aventura de estar vivo”.
Y al ser un grupo de solistas, ¿no hay algo así como una competencia de egos? En efecto, se trata de músicos con mucha experiencia, y a su vez venimos de zonas distintas, Danilo Pérez y John Pattitucci tienen cierta familiaridad con lo latino, pero todos estamos acostumbrados a movernos entre territorios diferentes. También la música nos enseña a aceptar las diferencias Cuando se cruzan territorios, no hay batallas de egos, todo es una oportunidad de aprender. En cada momento, en cada microsegundo, todo lo que hacemos tiende a engrandecerse.
Usted definió alguna vez el jazz como el gran traductor universal. El lugar donde puede encontrar toda la música. De hecho en uno de sus últimos discos, el grupo interpreta una pieza del repertorio clásico, una obra de Félix Mendelssohn.
El jazz, eso que se llama jazz, debe ser algo que nace en el momento. Cuando digo en el momento, es hacer algo sin ninguna referencia anterior. El jazz es una suma de esfuerzos para estar en el momento, y cuando se logra estar en el momento siempre aparece algo que no sonó antes. Para hacer jazz, hay que romper las reglas, hay que tener la vocación para mantenerse cerca de otra clase de músicas. Es mantener la música con vida. No repetirse jamás, no hacer lo mismo mil veces porque eso nos deje millones de dólares. Esos millones son como un parpadeo en la historia de la eternidad. El jazz es algo que viene a nosotros y que nunca le llegó a nadie antes. Eso mismo hace que lo queramos compartir con los demás. No es que lo sepamos todo de antemano, lo vamos descubriendo, vamos develando el misterio de ser humanos sin llegar nunca a resolverlo del todo. La vida es algo que debe ser permanentemente honrado. La música por la música en sí, sin segundas intenciones, sin atarse al mercado, es una forma de que la vida tenga real valor. Para quienes tocan y para quienes escuchan.
El ambiente del jazz suele quejarse de que no son estos buenos tiempos para su género. Shorter hace como que se ríe y no deja avanzar la pregunta, que incluía su experiencia con Miles Davis y los muchos grupos que armó una vez que salió de allí y cuya estética pasó a la historia como hard bop. Un estilo que marcó los fines de la década del ‘60 y comienzos de los setenta. Con escasas concesiones al mercado pero sin el desenfreno y las discordancias de su otra vertiente contemporánea, el free jazz, donde todo era improvisación y no atarse a regla alguna.
“Es un buen tiempo para toda profesión que sea creativa. La gente que antes se preocupaba exclusivamente por la economía y los negocios hoy busca ocuparse en cosas que sean creativas, que mejoren su vida, no que la haga más rica en término de dinero. Hay cosas que no se compran.” Los últimos discos de la gran Joni Mitchell la tienen como ladero indispensable, se trate de discos casi de jazz (como Mingus ), melancólicos y algo retros como Both Sides Now , además del último, Shine , en el cual el saxo de Shorter aparece cada tanto, pero para darle ese toque único a cada tema. Wayne le devolvió la gentileza participando del disco de homenaje a Joni armado por Herbie Hancock, su socio en el quinteto de Miles y con quien compartiera luego más de un disco de dúo para saxo y piano “Joni Mitchell es una peleadora, recuperó la música de Charles Mingus, y tuvo que luchar mucho para que se lo aceptaran en la grabadora. Y ha trabajado, sin salirse nunca del pop, con sonidos disonantes, lo que no es nada habitual. No podría decir que trabajar con ella haya cambiado mi música, fui a sus discos para llevar lo que sé hacer. Para eso me convocó.” Hay un rato para elogiar al presidente norteamericano: “Obama es un hombre que se preocupa por formarse, que se compromete con lo que hace, y sigue adelante pese a las críticas. Lo siento cerca de mi modo de ver las cosas. Hace que salga el superhéroe que está en todos nosotros.” Y se despide con una incógnita antes del recital porteño: “Nunca sabemos qué va a pasar, no estamos atados a nada, nuestra música es celebrar lo que hay de sagrado en la condición humana. No sé qué diablos (ojo, no es una traducción literal) haremos, aunque tenemos una base para arrancar.” Y cuando se le pide que no se olvide de tocar Footprints , una bellísima balada, la promesa es bien al estilo de la leyenda de Wayne Shorter: “Lo haremos, sí, y trataremos de que la gente lo reconozca... ”
Fuente: 07.06.2011 | Por Marcos Mayer Especial Para Clarín
sábado, 6 de agosto de 2011
jueves, 4 de agosto de 2011
jueves, 21 de julio de 2011
ENTREVISTA A UN ALUMNO
1- ¿Qué te motivó a estudiar el instrumento elegido?
El saxo me llamó la atención desde que era niño, me sentía muy atraído por el sonido que se lograba con ese instrumento, ese sonido tan impactante y lleno de sentimientos, pero por motivos de tiempo, nunca pude dedicarme al estudio, hasta que este año decidí no esperar más y empezar.
2- ¿Cuáles eran las expectativas que tenías antes de empezar?
Mis expectativas eran las de conocer y tener un acercamiento inicial al instrumento, para ver si realmente me interesaba su estudio tanto como creía, y la verdad que esas expectativas fueron superadas ampliamente.
3- ¿Creés haber cumplido con alguna de ellas?
Totalmente, el instrumento me impactó más de lo que creía, es algo maravilloso.
4- ¿Modificó el estudio de la música algo en tu vida?
Por supuesto, cuando uno empieza a estudiar música, la comienza a percibir de otra manera, no sólo la escucha, sino que logra sentirla.
Se necesita una gran dedicación al instrumento y al estudio de la música para llegar a tocar realmente como uno desea, es un gran esfuerzo, pero también es enorme la satisfacción que se siente cuando se logra tocar ese tema que uno tanto anhelaba.
6- ¿Podés comentarme qué sentiste cuándo lograste tocar, sin errores, tu primera melodía o ejercicio técnico?
Tal como respondí en la pregunta anterior, cuando se logra tocar sin errores un tema, uno siente un gozo enorme, la satisfacción de haber logrado convertir unas simples vibraciones en una melodía llena de sentimientos.
7- ¿El estudio del instrumento ha ampliado tu percepción musical en cuanto a gustos? ¿Por qué?
El estudio del saxo me ha "obligado" a escuchar géneros que antes no tenía en cuenta, y la verdad que me alegro de haberlos escuchado, porque así empecé a descubrir melodías hermosas que antes no conocía. Uno logra ampliar significativamente su espectro musical al estudiar un instrumento, sobre todo uno tan personal y emotivo como lo es el saxo.
8- ¿Estás tomando clases de audioperceptiva? ¿Qué podés contarme sobre esa experiencia?
Sí, hacen dos mes aproximadamente que comencé con las clases de audioperceptiva, y realmente es una experiencia que me ayuda muchísimo para complementar mi estudio del instrumento, ya que además de ver aspectos técnicos, uno empieza a desarrollar el oído para lograr escucharse no sólo a cómo toca uno, sino que comienza a escuchar al conjunto completo de los demás saxofones, y de esta manera tener una percepción más amplia de la música.
9- ¿Has tenido la ocasión de tocar con otros músicos? ¿Cuáles fueron las sensaciones que experimentaste?
La única experiencia de tocar junto a otros músicos es la del taller de audioperceptiva, y si todo sale bien, pronto tendremos una muestra, es decir, nuestro primer recital frente a público, y creo que va a ser una experiencia realmente interesante y divertida.
10- ¿Hasta el momento qué es lo más difícil qué has tenido que enfrentar, musicalmente hablando?
Nada es difícil si se hace con pasión y tomando cada error como una oportunidad para aprender, pero digamos que donde más errores he cometido hasta el momento es con el uso de corcheas y sus respectivos silencios, pero nada que con práctica no se pueda solucionar.
11- ¿Qué le dirías a alguien que tiene intenciones de comenzar a transitar este camino?
Le diría que si en algún momento se le cruzó por la cabeza comenzar con el estudio de la música, no lo dude ni un minuto más, porque es un mundo realmente asombroso y mágico, que te transporta a ese lugar donde uno realmente se encuentra consigo mismo. No me imagino una vida sin música.
lunes, 18 de julio de 2011
GATO BARBIERI: REGRESO CON GLORIA (1991)
Gato Barbieri en Buenos Aires: tras 18 años de ausencia, actúo en el Gran Rex el saxofonista argentino, junto a músicos latinoamericanos.
Pasó mucho tiempo. Demasiado. Si la vuelta de Gato hubiera sido en 1984 (año de regreso de la democracia en el país) quizás hubiera sido más fácil. A pesar de ello, entrevistas en televisión (la del programa "Hola Susana" fue antológica por el despiste de su conductora), diarios, dos funciones a sala casi llena y el aplauso entusiasta y cariñoso del público hicieron justicia a uno de los mas importantes músicos argentinos de todos los tiempos.
Con una propuesta musical que, luego de poco más de veinte años de desarrollo ya es "clásica", la escasa difusión de su obra en Argentina, más estos largos 18 años sin tocar acá, la hacen difícil de asimilar para oyentes acostumbrados a otra cosa.
Por eso, quizás, los comentarios aparecidos en medios importantes tienen un enfoque que, a mi juicio, no es del todo justo. Pareciera que fueron a escuchar al Gato pensando en los Marsalis Brothers. Y eso es como ir a un concierto de Cecil Taylor pensando en Bill Evans.
La estética de Gato. basada en la improvisación colectiva, rescata viejos y nuevos temas del cancionero popular latinoamericano, para recrearlos con una voz inconfundible, inimitable, única (justamente una de las características fundamentales de los grandes del jazz).
Y esta voz se escucha casi permanentemente, hay pocas pausas en el discurso musical de Gato. Y esta es otra característica que disgusta, desconcierta a quienes están acostumbrados a otra estructura, la de los "solos".
Entonces se habla de exceso de ego, de falta de lucimiento de los acompañantes. Creo que la realidad es otra.
Todos los músicos se destacan a lo largo del concierto, ya que tocan tanco como el Gato, con una energía y creatividad impresionantes. Y el Gato los dirige, los impulsa, los estimula, camina por todo el escenario, se da vuelta, habla y toca. Y lo hace con un sonido impresionante, una técnica deslumbrante y un manejo adecuado del "grito".
Claro, para muchos oyentes, puede ser demasiado. Estar dos horas, sentado inmóvil en una butaca, frente a tal despliegue de energía puede resultar apabullante. Requiere un esfuerzo emocional al que, lamentablemente, no se está acostumbrado.
El repertorio elegido por Gato fue similar las dos noches, aunque interpretado por su grupo es totalmente distinto. A pesar de ello, por allí alguien habló de monotonía, confundiéndola con estilo. Así pasaron temas escuchados en algunos de sus más importantes trabajos discográficos: Third World, Fenix, Chapter One: Latin America, Bolivia. Y si no estaban sobre el escenario Ron Carter, Stanley Clarke, Lonnie Liston Smith, Nana o Airto, había cuatro músicos tan buenos como ellos: el extraordinario Eddy Martínez en piano acústico; Nilson Matta en bajo eléctrico; Andy González en batería y Guilherme Franco en percusión.
Estos músicos latinoamericanos se complementan perfectamente con el Gato y podrían ser el espejo donde mirarse para muchos músicos locales que, como le pasara hace treinta años al propio Gato con Coltrane, Bird, Miles, están ahora encandilados con los prolijos hermanos Harper, Marsalis y compañía, sin tener en cuenta sus propias raíces, sus realidades distintas. Quizás como ninguna otra música, el jazz es un fiel reflejo del momento político y social de cada comunidad. Por eso no es de extrañar el suceso, en todo el mundo, de estos jóvenes "hijos de Reagan" que no son sino tradicionalistas que tocan música inventada hace 50 años. Cuando todavía están vivos (y tocando tan bien como siempre) un Horace Silver, un Max Roach, se conoce e imita a Marcus Roberts o Tain Wats y no se escucha a Barbieri. Paradojas de la moda.
Pero Gato tuvo la suerte de ser influído directamente por los creadores originales, no por revivalistas soft. Y quizás poe eso él mismo se transformó en un innovador, un vanguardista.
Y es ese Gato al que escuchamos tocar versiones inolvidables de El día que me quieras, Milonga triste, El arriero, Último tango en París, Europa.
Creo que el regreso de Gato es el acontecimiento jazzístico más importante de los últimos años. Gracias entonces a quienes lo trajeron (aunque sea 7 años tarde).
Ojalá este rosarino introvertido y sensible haya escuchado ese ¡Bienvenido a Buenos Aires, Gato! que un espectador agradecido le gritó el sábado. Expresó el sentimiento de muchos argentinos, incluído el mío.
Hasta siempre, Gato.
Jorge Lardone
www.elcolordeljazz.com.ar
Artículo aparecido en el Nº21 (diciembre 1991/enero 1992) de la revista "Todo el Jazz", editada en Buenos Aires (Argentina) por Editorial Jazzmanía y la más importante de américa latina en esa época.
miércoles, 13 de julio de 2011
ENTREVISTA A UN ALUMNO.
1- ¿Qué te motivó a estudiar el instrumento elegido?
Desde chico tuve una gran atracción por el instrumento, lo veía casi como si fuera la flauta para encantar serpientes, jaja. Pasados los años, tuve la posibilidad de adquirir uno y quise aprender como corresponde, estudiando.
2- ¿Cuáles eran las expectativas que tenías antes de empezar?
La primera y principal era la de poder tocar una melodía, por más corta que fuese. Con el correr de las clases, me quise interiorizar mucho más en la teoría y en lo que había detrás de la música en general.
3- ¿Creés haber cumplido con alguna de ellas?
Algunas con creces, por supuesto. Sé que aún me queda mucho por aprender, y el hecho de haber logrado algunas metas siempre motiva a seguir.
4- ¿Modificó el estudio de la música algo en tu vida?
Mucho, me hizo escuchar toda la música de otra manera, apreciándola más allá. Creería que me modificó el prestar atención, no sólo a disfrutar, como solía hacer.
5- ¿Qué opinión te merece la disciplina y la constancia en lo que a alcanzar tus metas se refiere?
La disciplina es importante si uno quiere aprender realmente. La constancia para mí fue lo más difícil, pero como dije antes, el obtener resultados motiva a seguir. Lo importante es hacerse el lugar y el tiempo, sin importar cuánto sea; logrando ese nivel de disciplina se puede lograr mucho.
6- ¿Podés comentarme qué sentiste cuándo lograste tocar, sin errores, tu primera melodía o ejercicio técnico?
La verdad fue emocionante. Había hecho el ejercicio de grabarme al comienzo, algunas veces. Así que tuve la posibilidad también de “compararme” a mí mismo con versiones anteriores y uno no puede evitar sonreír al escuchar la diferencia. Hay días en que uno se frustra mucho porque no pudo lograrlo, entonces tener ese “diario” de ejercicios es muy útil.
7- ¿El estudio del instrumento ha ampliado tu percepción musical en cuanto a gustos? ¿Por qué?
Lo ha ampliado algo, de por sí siempre me consideré una persona de gustos muy amplios. Pero pude conocer nuevas cosas. Sobre todo por el hecho de prestar atención, como comenté antes, me llevó a escuchar más música donde resaltan los vientos para entender los estilos.
8- ¿Estás tomando clases de audioperceptiva? ¿Qué podés contarme sobre esa experiencia?
Lo estuve haciendo y creo que es extremadamente útil poder hacerlo. Al principio lo empecé a hacer porque quería aprender todo lo que había; pero cuando noté resultados, me di cuenta de lo mucho que le sirve a una persona, especialmente a alguien que quiera componer o hacer arreglos musicales.
9- ¿Has tenido la ocasión de tocar con otros músicos? ¿Cuáles fueron las sensaciones que experimentaste?
De hecho estoy participando de una banda que está en estos momentos buscando un camino, una identidad. La sensación es, primero que nada, la de participar sin desentonar, de ajustar el oído de tal manera que se entienda que hacen los demás. La audioperceptiva ayudó a poder hacer arreglos y a captar mejor en que notas se está tocando.
10- ¿Hasta el momento qué es lo más difícil qué has tenido que enfrentar, musicalmente hablando?
En cuanto al instrumento, realmente me han costado mucho las notas graves. En cuanto a la música en general, el romper con un montón de esquemas preconcebidos en mi cabeza, para poder apreciar y entender mejor muchas cosas.
11- ¿Qué le dirías a alguien que tiene intenciones de comenzar a transitar este camino?
Le diría primero que nada que tiene que tener muchas ganas de superarse y no rendirse, porque si es una persona que nunca tocó un instrumento (como es mi caso), tiene que saber que al principio va a costar mucho y puede frustrarse más de una vez. Pero el resultado, después de superar ese inicio difícil bien vale la pena. La música para mí es algo hermoso, y el hecho de poder ejecutarla e incluso crearla yo mismo no tiene precio.